miércoles, 17 de diciembre de 2008

GEOGRAFIA

distrito Peruano de Cabana es uno de los 11 distritos que conforman la provincia de Pallasca en la Región Ancash.Es una bella ciudad andina, esta enclavada en las faldas del Mashgonga, escoltada por el Sugar y el misterioso cerro Manto, el Churumarca y el Oroscocha, perfilada por pintorescas colinas: El Poccha, Puchumalca y Churumarca. Unida por los barrios: San Jerónimo, Huaymarca, el panorámico Barrio Trujillo y Pacchamarca.Este distrito cuenta con muchos vestigios históricos, siendo el más relevante el Fortín de los Pashas, que pudo ser el Fortín Central de Defensa y Religiosa de la Región Conchucos. Cabana, capital de la provincia, es un distrito que tuvo su origen en la colonia, abarca una superficie de 150.29 Km2, de altura aproximada de 3,224 msnm. Cuenta con 4 anexos: San Martín, Huambo, La Florida, y Aija. Elevado de villa a la categoría de ciudad el 10 de noviembre con la ley nº 3031, creándose políticamente como distrito el 2 de enero de 1857 y por ley del 30 de octubre de 1901 fue elevada al rango de capital de la provincia de Pallasca. UBICACION.Limita al norte con los distritos de Bolognesi y el Huandoval, al este y al sur con la provincia de Corongo y al oeste con el distrito de Tauca.Su capital, la ciudad de Cabana que es la capital de la provincia desde el año 1901. Es la cuna del anterior Presidente Constitucional de la República.

HISTORIA DE CABANA


Cuenta la leyenda que en tiempos muy remotos vivía en Mashgonga una tribu guerrera, cuyo curaca tenía un arrogante hijo, quien era el jefe del ejército de su padre.Dice la historia que el gobernador de Llactamarca, un pueblo cuyos habitantes se dedicaban a la agricultura, tenía una bella hija. El mancebo de Mashgonga, en sus correrías conquistadoras, conoció y se enamoró de la belleza de Llactamarca, quien correspondía a ese amor.A medida que avanzaba la intensidad de la relación amorosa entre estos personajes, el guerrero de Mashgonga siempre se detenía en el cerro Kahuana (el mirador) para recrearse con la figura de su amada, quien se paseaba abajo, en las llanuras de Llactamarca. La leyenda asegura que cuando el joven pidió a la doncella en matrimonio, el padre de ésta expresó su rotunda negación, razón por la cual el guerrero concibió la idea del rapto y la fuga.Luego del rapto, hubo una pelea entre los ejércitos de las dos tribus y vencieron los soldados de Mashgonga. Finalmente, la pareja se asentó en Mashgonga y después de que el guerrero y su amada apaciguaron los ánimos de sus padres, éstos aceptaron la relación.Para que los progenitores no extrañaran su compañía, la pareja determinó construir su vivienda en el cerro que antes sirvió de mirador al amante.
PRIMEROS POBLADORES: Al seguir los rastros de la leyenda, se confirma que los primeros pobladores de Cabana pertenecieron a las tribus Llactamarca, Mashgonga, Jauquimarca, Totopampa y Pashas.De acuerdo con los estudios, los referidos grupos humanos habrían recibido influencia de la cultura Chavín de Huántar, teoría que se fundamenta en las semejanzas encontradas en las piedras talladas en alto y bajorrelieve, las cuales representan a cabezas humanas y figuras felinas, principalmente.Los pobladores de Cabana son herederos, también, de la cultura Conchucos, que abarcó los actuales territorios de Pallasca, Corongo, Sihuas, Pomabamba y Piscobamba.Se les denominó “conchucos” por la indumentaria que llevaban en la cabeza, especie de sombreros (chuko) que como una franja envolvía la frente con dibujos de dos serpientes, símbolo de Kon, dios del fuego.
DE ODIOS Y LUCHAS: Durante la época Inca, los primigenios pobladores de Cabana, los conchucos, resistieron la conquista cusqueña, al igual que los otros señoríos de Huarás y Piscobamba.Relata la historia que Pachacútec envió tres generales a esta conquista, que abarcó hasta Cajamarca. Allí apresaron a Huasmcu Cápac, señor de Cajamarca, Huamachuco y Conchucos; además de la provincia llamada Caroc.Durante la dominación cusqueña, la zona pasó a ser un eslabón vital del Tahuantinsuyo. Los conchucos vivieron con la esperanza de librarse del dominio Inca y mantuvieron escondido a su dios Katekilla, al cual adoraban clandestinamente.Ese odio determinó el apoyo inicial de este grupo hacia los conquistadores españoles, de quienes se desengañaron pronto. Luego vendría un período determinado por las sublevaciones, que se extendió a zonas más alejadas como Guanuco Viejo, en donde Gonzalo Pizarro fue cercado. De nada sirvió el apoyo de Gonzalo de Alvarado y su contingente formado por cien jinetes y refuerzos de indios amigos.Pizarro envió otro refuerzo al mando del capitán Francisco de Chávez (1540), quien junto con el encomendero de Trujillo, Miguel de La Serna, se dirigieron a castigar a los rebeldes y a acabar con su dios Katekilla.La represión fue draconiana y cruel. Las tierras conquistadas se repartieron y las propiedades de los españoles surgirían sobre las cenizas de los pueblos habitados por los conchucos.De acuerdo con la versión de Hildeberto Matienzo, en su obra Ancash histórico, cuando los españoles invadieron el lugar hallaron numerosas vetas de oro, plata y cobre. Aparecen nombres como la mina Aracabo, Huamayara, El Ingenio y La Majada.Así empezó la explotación indígena en el lugar, hecho que determinó la huida de los pobladores, ante lo cual los españoles empezaron una cacería de indios.En una de aquellas incursiones capturaron a un indio llamado Canchis, a quien bautizaron con el apelativo “Pillao”, por la forma como lo apresaron.Este personaje empezó a servir a sus amos con sumisión y fidelidad, y a cambio recibió afecto y hasta algunas tierras. Así, Canchis Pillao se convirtió en el cacique fundador de Cabana.
PRESENCIA EN LA REPUBLICA:. Cabana fue uno de los principales pueblos de la región que apoyaron la gesta emancipadora, ya que sus hombres participaron en los esfuerzos por liberarse del yugo español.Los años transcurrieron y hacia el 2 de enero de 1857, durante el gobierno del Gran Mariscal Ramón Castilla, se creó el distrito de Cabana, cuyo centro fue la Villa de Cabana. Obtuvo la categoría de capital de la provincia de Pallasca, mediante ley, el 30 de octubre de 1901.Con mas de cien años como capital de Pallasca, Cabana muestra detalles de su historia y expone los mejores fundamentos para considerarlo un obligado punto de visita.
HISTORIA Y NATURALEZA: salir del ámbito citadino permite conocer las evidencias de la presencia de los primeros habitantes de Cabana, como en el complejo arqueológico Pashas, donde se encuentra El Caserón, el cerro La Capilla, Los Caserones o La Piedra Libro. Las afueras de la ciudad ofrecen un deleite para la vista y el alma. Allí se encuentran el cerro de Huangayoc, hacia donde se dirigen los pobladores cada 1 de mayo para dejar flores en la cruz de la capilla El Perdón.El disfrute de la naturaleza se complementa con el descubrimiento de parte de la historia lugareña, razón por la cual es imprescindible la visita a la represa de Sugar.Además de los baños termomedicinales de Las Lajas, El Ingenio, así como las campiñas de La Florida, Cuyubamba y Paracocha.
A LA ESPERA DE VISITAS: Con la advocación del Apóstol Santiago El Mayor, Cabana se sitúa al centro de la provincia de Pallasca, al pie del cerro Mashgonga, parte de los contrafuertes de la Cordillera Negra.Ubicado a tres mil 255 metros sobre el nivel del mar, este pueblo de agricultores ofrece al visitante más de una opción para descubrir sus encantos. Al empezar el recorrido por la ciudad aparece la moderna iglesia Matriz, construida por iniciativa de los padres oblatos. La ruta puede continuar por los barrios de Pacchamaca, Huayumaca, San Jerónimo y Trujillo.El circuito turístico incluye, además, el centro artesanal donde se exhiben muestras del arte popular y piezas arqueológicas de la cultura Pashas.Caminar por las callecitas de Cabana es encontrarse con una singular balconería, que, a decir del historiador Arturo Jiménez Borja, no tienen parangón con otra ciudad andina. De los detalles es fácil pasar a la visión panorámica del bello paisaje andino, desde el mirador El Alto de Huayumaca o El Alto de Caín, en el barrio de Trujillo.